Las golden visa, también conocidas como «visados dorados», han sido un instrumento utilizado en España desde 2013, cuando se aprobaron como parte de la Ley de Emprendedores. Este mecanismo permitía a ciudadanos no comunitarios obtener permisos de residencia en el país a cambio de realizar inversiones significativas, como la compra de bienes inmuebles por un valor igual o superior a 500.000 euros, la adquisición de deuda pública, o la creación de proyectos empresariales generadores de empleo.
El objetivo principal de las golden visa era atraer inversión extranjera directa, fomentar la recuperación económica tras la crisis financiera de 2008 y dinamizar sectores clave como el inmobiliario y el empresarial. A lo largo de la última década, este programa facilitó la llegada de miles de inversores, principalmente provenientes de países como China, Rusia y, más recientemente, Estados Unidos. Sin embargo, la medida no estuvo exenta de críticas y controversias.

Diversos informes y análisis han señalado que las golden visa no siempre cumplieron con su propósito original. Aunque lograron atraer inversiones en el sector inmobiliario, muchos expertos cuestionan el impacto real sobre la creación de empleo o la economía productiva.
Además, organizaciones como Transparencia Internacional advirtieron sobre los riesgos asociados a este programa, como el posible blanqueo de dinero o la falta de control sobre el origen de los fondos utilizados.
En marzo de 2024, el gobierno español decidió poner fin a las golden visa debido a varias razones. Por un lado, se argumentó que las desigualdades generadas por la especulación inmobiliaria estaban dificultando el acceso a la vivienda para los ciudadanos locales.
Por otro, en un contexto de creciente escrutinio internacional hacia estos programas, la Unión Europea recomendó a sus países miembros revisar o eliminar los visados por inversión, dada su relación con problemas de seguridad y transparencia.
La eliminación de las golden visa se hizo efectiva el 1 de enero de 2025
La eliminación de las golden visa se hizo efectiva el 1 de enero de 2025, tras aprobarse una reforma legislativa en el Congreso. Esta decisión marca el final de un capítulo en el que España se sumó a otros países europeos en el uso de estos visados para captar capital extranjero. Ahora, las autoridades apuntan a buscar nuevas estrategias para promover la inversión extranjera sin los riesgos y desigualdades asociados a este tipo de programas.
Con el fin de las golden visa, se abre un debate sobre el impacto real de este tipo de medidas en las economías y sobre la necesidad de encontrar modelos más sostenibles y equitativos para atraer capital e impulsar el desarrollo económico en España.